
Aprender a leer y escribir es crítico para el éxito futuro de la vida escolar del niño. Desde el momento del nacimiento, hasta los 8 años, es un período de gran importancia para el desarrollo literario.
Principios y recomendaciones para enseñar a leer (NAEYC e IRA).
- Debido a la diversidad enorme que existe entre los niños pequeños, enseñar a leer se ha convertido en un proceso más desafiante aún.
Alumnos más diversos en cuanto a experiencias y habilidades que los niños de antes. Se han integrado alumnos con discapacidades a aulas normales. Esto puede ser un gran problema para los educadores que pretenden los mismos objetivos en todos los alumnos por igual, sin tener en consideración anticipadamente las necesidades, experiencias previas y habilidades del niño.
- Existe un tiempo específico en la niñez temprana, donde el aprendizaje de la lectura debería empezar (maduración física y neurológica). Sin embargo, los estímulos dietarios recibidos desde el momento de nacer, sí afectarán e influirán en el desarrollo posterior de las habilidades de lectura.
- El reconocimiento de la temprana adquisición de habilidades literarias, muy a menudo ha llevado a un uso inapropiado de las técnicas de enseñanza de lectura, que son adecuadas para niños mayores, y no así para preescolares (instrucciones generales para todo un gran grupo, etc.)
- Las políticas de enseñanza y recursos utilizados en los preescolares son inadecuados. Los educadores a cargo de los preescolares y alumnos de primer grado, no están preparados adecuadamente para enfrentar el desarrollo literario de éstos. No se les exigen grandes títulos para poder enseñar a niños pequeños.
Los niños, desde sus experiencias iniciales con adultos, empiezan a leer palabras, comprender sonidos-letras y adquieren un conocimiento amplio del sistema del alfabeto. Consolidan patrones que los ayudarán en el proceso de aprendizaje lecto-escritor. Sin embargo, esta habilidad no se desarrolla naturalmente, sino que depende de los estímulos del medio y de buenas metodologías de enseñanza.
Desde bebés, los seres humanos están relacionados con el lenguaje, leyendo los gestos de los adultos y comprendiendo y expresando el sonido de las letras. Las experiencias que tengan en este momento con las letras, crearán la diversidad entre los niños de acuerdo a habilidades lectoras. No depende sólo del material, sino, del estímulo creado por el entorno cercano. Los educadores tienen la labor de acercar al niño a la cultura letrada a través de textos donde se reconozcan las impresiones de distintas letras, de lecturas en voz alta, etc., permitiéndole al niño la asociación sonido-letra. Darle al niño la oportunidad de practicar lo que ha aprendido (bibliotecas de aula). No solamente aprender de los cuentos, sino que también lo hacen a través de todas las propagandas y logos que los rodean en la vida diaria.
En la niñez temprana, los niños comienzan a involucrarse más aún con el alfabeto, y los educadores son los responsables de enseñarles a sus alumnos la correspondencia letra impresa-sonido, diferenciándolas de los números. Comienzan a aprender las pronunciaciones de su lengua, lo que se pude reforzar con rimas y otros juegos.
También aprenderán la composición fonémica de las palabras, comprenderán que están formadas por diversas unidades (sílabas, fonemas, etc.). Comprenderán la función de las palabras y de la escritura, por lo que los educadores deben darles un tiempo para escribir de forma libre, sin coartarlos.
Ya a los 5 años, en Kinder, su comprensión sobre las letras, sus formas y sonidos, irá aumentando rápidamente. Cuando desarrollan su conciencia fonológica, pueden pensar y manipular los sonidos en las palabras. Saben cuando las palabras riman o no, si comienzan o no con la misma letra y de cuántas letras están formadas las palabras. Muchos niños ya comenzarán a leer las primeras palabras (relación recíproca entre la lectura-escritura). A esta edad deben aprender sobre la relación existente entre el lenguaje oral y el escrito.
Durante los primeros años de educación básica, los procesos de reconocimiento de letras y palabras se vuelven más automáticos, y sus niveles de comprensión son más altos. Incorporación de instrucciones escritas por parte de los educadores.
Las instrucciones de deletreo, en esta etapa forman un proceso de gran importancia, ya que afecta a las habilidades de lectura y escritura. A fines del tercer grado, los niños serán capaces de decodificar textos con distintas estrategias y un con un cierto grado de facilidad, y se verán a sí mismos como lectores y escritores.
IRA y NAEYC, son dos cuerpos esenciales para comprender el desarrollo del proceso lecto escritor en el niño, y las técnicas y recursos apropiados para respaldarlo. Las prácticas apropiadas según el desarrollo de los niños, es un punto que los educadores siempre deben considerar
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